Ser felices con lo que comemos puede ser un engaño

Cuando se trata de azúcar podemos encontrarla en todas partes y muy pocos pueden negarse a una probada de ella. Sólo imagina un bocado de chocolate, un poco de nieve y unas dulces galletas. Nuestra boca comienza a saborear. Pero, ¿por qué es tan irresistible algo tan sencillo como el azúcar?

 

El azúcar es una clase de moléculas llamada carbohidratos formadas por hidrógeno, oxígeno y carbono; soluble en agua y de un sabor muy dulce. Glucosa, fructuosa, sacarosa, maltosa, lactosa, dextrosa, almidón. Una gran cantidad de tipos de azúcar que pueden encontrarse en jugos, cereales, nieve, refrescos, chocolates, galletas, incluso en el agua. Ya que podemos encontrarla casi en cualquier lado es importante saber cómo afecta nuestro cerebro y que consecuencias tienes en nuestro cuerpo.

 

El Sistema de Recompensa

 

Al instante de comer un bocado de azúcar nuestro sentido del gusto manda señales a nuestro cerebro indicándole el sabor de lo que probamos. Nuestro cerebro en ese momento, aunque no nos demos cuenta, piensa: “¿Me gusta esto que estoy comiendo? ¿Quiero más o debo dejarlo?” Cuando la respuesta es “Si, ¡Hazlo!” con ese sentimiento de placer descontrolado es activado algo que llamamos “Sistema de Recompensa”.

 

Nuestro sistema de recompensa no solo es activado por la comida. También es activado por el hábito sexual, socializar, drogas y experiencias placenteras en general. ¿Adivinas que pasa cuando comemos azúcar? Nuestros niveles de dopamina se elevan, tal cual como pasa con la heroína, alcohol y nicotina, entre otras drogas. Es decir, podemos considerar el azúcar como una sustancia adictiva. Esta conducta puede llevarnos a la dependencia de azúcar y sobre peso.

 

Obesidad y Complejos

 

Los efectos de la obesidad son letales. Más allá de la estética y los prejuicios a las personas con sobrepeso tratamos de este tema como un problema médico. La incidencia de enfermedades cardiacas como infarto al miocardio, el edema agudo de pulmón, la muerte cardiaca súbita, las arritmias cardiacas y la hipertensión arterial están estrechamente relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. El sobrepeso aumenta el riesgo de cáncer de útero, colon, vejiga, riñones y próstata; provoca estrés y la falta de apetito sexual. Así que, tal vez comer azúcar en exceso no sea algo tan placentero después de todo.